18:24 (When a Smartphone dies)
Era un miércoles casi como cualquier otro, levantarme tarde debido a que no tenía que enseñar,…cuando una llamada interrumpió aquel sueño. El chanchito odioso solicitaba mis servicios y pronto me recogería. Prepare el desayuno rápidamente, me vestí y salí.
Unos malos entendidos retrasaron el encuentro. Finalmente fui entrevistado y luego “entrenado” para el futuro trabajo del sábado.
Caminar, colectivo, tren, correr, empezar nuevamente a trabajar.
Transcurría normalmente la jornada laboral, leí, hable por teléfono, jugué con el IPhone 4, me cambiaron para cenar, tome un té, hasta que sucedió. El dispositivo creado por Apple se tildo y me es imposible destrabarlo. Ahora mi novia seguro que se está desesperando por la ausencia de mis señales de vida, mi aburrimiento incrementa junto al cansancio, el tiempo se vuelve lento e intolerable… Siento que es uno de los peores momentos en mi vida como encargado de seguridad…
Afortunadamente tengo material para leer, estudiar y escribir, actividades que me alejan del aparato endemoniado y me permiten regresar al mundo intelectual, humano, en el cual se mira a los ojos, se apreta las manos, se utiliza papel y bolígrafo.
¿Bendición o maldición? Solo es una cuestión de perspectiva. Estos son los momentos en los que puedo reconocer que soy adicto a la tecnología y como tal no la quiero dejar.