ISRAEL: LAS OTRAS CARAS
Bahía Blanca, Monte Hermoso, Buenos Aires, son ciudades argentinas que anteceden mi nacionalidad israelí. Conocí otros países de Sudamérica, algunos de Europa y un poquitito de Estados Unidos.
Mi experiencia con Israel comenzó cuando nací, podría incluso decir que fue anterior a la tierra prometida. Como bebe de madre judía fui circuncidado en el octavo día, desde ese momento continua mi ciclo de vida judaico incluyendo bar mitzva y participaciones mías dentro del ciclo de otras personas, brit mila, bat/bar mitzva, jatuna, entierros, shabatot y jaguim.
Desde chiquito fui educado en un sionismo realizador, bendecido con el ´´próximo año en Jerusalem´´ y estudiando sobre la tierra que le fue entregada a los patriarcas. A pesar de ello no estaba decidido por migrar a muchos kilómetros fuera del hogar de mis padres. La educación que continuaba recibiendo e impartiendo me acerco cada vez mas a la tierra que emana leche y miel, a tal punto que abandone mis deseos por un viaje de egresados a Bariloche por lo que iba a ser mi primera experiencia en Israel. Taglit, diez días de paseo por todo el país continuados por una extensión del pasaje y hospedaje en la casa de unos tíos en Tel Aviv. Este mes cambio mi idea frente a Israel. Ser turista en un país de primer mundo es maravilloso y así me sentía.
Nuevamente en Argentina retorne a la vida cotidiana, estudios universitarios y trabajo en kehilot. Pasaron los meses hasta que surgió Melamdim, un programa de MASA, HaSojnut HaIehudit y la Universidad Hebrea de Jerusalen, entre otros. La segunda experiencia en Israel como estudiante. Seis meses de cursar materias, observar en escuelas, trabajar con chicos de Etiopia, ser voluntario, vivir en residencia estudiantil (meonot)y en un hotel en Tel Aviv. Estando en Tel Aviv fui entrevistado para estudiar un mes en el Campus de BCI cerca de Los Angeles (Estados Unidos) por lo que el retorno a Argentina fue especial.
Haber vivido ochos meses fuera de Argentina en un plazo de casi tres años, me dio a entender que a pesar de poder continuar viviendo en el país que me vio nacer debería considerar otras opciones, fue asi que familiares, amigos y ‘’profesionales’’, me ayudaron con el proceso de alia. Les voy a ser sinceros, no fue fácil, no es tan simple pero es realizable. Con mi proyecto llegue a Beit Canada, Merkaz Klita en Talpiot (Jerusalem). Conocí amigos que continuo visitando o hablando por Facebook o celular con ellos, y tome la decisión de ingresar a la universidad. De regreso a los meonot, con status de olé y no de turista, la vida fue diferente. Varios estudiantes entraron en mi vida, junto a un grupo selecto creamos un lugar especial para aquellos que estudiaban religiones comparadas. Compartí mi vida con un shutaf que creo que en unos años va a ser medico. Ingrese a un programa llamado Afikim, que ayudo a experimentar mis estudios judaicos desde otra perspectiva. En esta etapa conocí gente que logro grabar su nombre en mi corazón y otros a los que desafortunadamente perdí…
Siendo estudiante también fui ‘’hermano mayor’’- participe en un programa llamado Perach en el cual debía ayudar a un nene chiquito. De él aprendí un poco de francés y sobre su cultura junto a una compañera de estudio.
Durante las vacaciones de exámenes (que de vacaciones no tienen nada) me mude al sur. Comencé mi vida de kibutz en un lugar llamado Ketura. Comencé como voluntario, me enrole al ejercito, realice el entrenamiento básico, tironut 02, en Majane 80 que hoy dejo de funcionar, estuve en educación y luego en shalishut pase por un programa llamado ‘’Nativ’’ y finalice el ejercito como ‘’Rabat’’. Terminado el ejercito regrese a mi status de voluntario en el kibutz, trabaje con niños y en la cocina. Luego de dieciséis meses regrese a la ciudad de JerusaleM y aquí estoy, soy israelí, teudat zehut kjula, darkon, minus babank, alquilo una casa en Tzomet Ora y casi no tengo tiempo ni para ir al baño. Enseño ajedrez en escuelas y trabajo en seguridad, hay días que casi no estoy en mi casa, me cuesta creer que estoy en la ciudad mas sagrada del mundo.
Casi tres años que estoy en Israel, con visa de turista, de estudiante y de olé jadash. No soy un experto en el tema pero leo las noticias, vivo en el día a día y creo que muchas veces no se parece al lugar hermoso en el cual yo quisiera que vivan mis futuros hijos, pero son los pequeños actos o eventos junto a otras personas especiales que me devuelven la emoción y mi sentimiento de continuar luchando y sacrificándome para poder vivir en este país que en algunas ocasiones es un paraíso. Solo hay que intentar encontrar ese lugar y ese momento ideal y reconocerlo.
